Nos encontramos en una situación educativa excepcional, en la que toda la comunidad educativa, colegios, profesores, estudiantes y familias, están poniendo todo de su mano para garantizar la mayor calidad en la educación de todo el alumnado. La flexibilidad ante este nuevo escenario debe jugar a favor de la escuela y ser una característica del sistema educativo. Desde la Asociación de Colegios Privados e Independientes – CICAE, coincidimos en la necesidad de rediseñar los procesos de aprendizaje y, por tanto, también la evaluación para una enseñanza híbrida o semipresencial.
No se trata tanto de hablar de aprobados o suspensos, sino de un cambio en el diseño de la evaluación, adaptado al nuevo modelo educativo que nos requiere este nuevo escenario. Pero, a nuestro juicio, no es positivo que los alumnos reciban a comienzo de curso el mensaje de la promoción a pesar de los suspensos. Tampoco lo es que no se haya consensuado con las comunidades autónomas, pues la educación es un derecho esencial que no puede someterse a vaivenes ni generarse aún más incertidumbre, sobre todo en situaciones de crisis como la actual.
Salvo circunstancias excepcionales, no podemos rebajar el nivel educativo, porque condicionaremos el futuro académico de los alumnos. No podemos permitir que esta generación vea mermada la exigencia para promocionar de curso, pues también afectará a su futuro académico.
Valoramos positivamente que este Real Decreto conceda autonomía al equipo docente para evaluar y tomar la decisión sobre si el alumno alcanza los objetivos para promocionar de curso, pues confiamos en su experiencia y profesionalidad para valorar cada caso. No obstante, no debemos trasmitir el mensaje ni a estudiantes ni a profesores de que la exigencia será menor. Tenemos la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación de todo el alumnado, transmitir a la sociedad que somos capaces de acompañarlos y ayudarles a avanzar en su aprendizaje.