Combinar el IB con el currículo español, un reto para el profesorado

Cuando un centro educativo decide ser centro solicitante de cualquiera de los programas del Bachillerato Internacional, bien sea el Programa Diploma, el MYP o el PYP, se producen muchos cambios organizativos que impactan en el centro, pero el más importante es el que se produce  en el día a día de los docentes. 

El enfoque que plantea el modelo educativo del IB conlleva en muchos casos la ruptura y transformación de las estructuras de los procesos de enseñanza-aprendizaje tradicionales que estaban instaurados en la cultura del centro como en la propia del docente. Este impacto, sumado a los procesos de programaciones de unidades, enfoques, terminología propia y un proceso de evaluación diferente, supone que implementar el IB de forma exitosa en un centro en el menor tiempo posible sea todo un reto y requiera una formación muy exigente del profesorado. Por si estos cambios estructurales y de enfoque no fueran suficientes, se añade que los centros  deben seguir cumpliendo con el currículo que establecen el Ministerio y las comunidades autónomas. 

Los docentes empiezan por el proceso de la programación de unidades, la selección de líneas de indagación, los enfoques y la generación de experiencias de aprendizaje que faciliten la adquisición de las ATLs (Approaches To Learning) y den respuesta a los perfiles de los alumnos y a los criterios establecidos. Un sinfín de elementos que generan en el profesorado la necesidad de buscar recursos, contenidos, actividades y tareas para su día a día en el aula y para asegurar que se cumplen con los objetivos curriculares. 

En esta búsqueda de recursos o de creación de los mismos, muchas veces el docente se ve sobrepasado por la cantidad de ítems sobre los que tiene que dar respuesta, lo que conlleva a veces que las unidades de indagación, que con tanto esfuerzo y perfeccionismo han desarrollado, pierdan por momentos su foco por la imposibilidad de dedicar el tiempo a lo que realmente importa: acompañar al alumnado para que pueda aprender, teniendo en cuenta los enfoques y desarrollos que el IB establece como facilitadores del aprendizaje. 

Una propuesta adaptada a la metodología que exige el IB

La experiencia nos dice que en el proceso de implantación del IB, los docentes necesitan  un cercano acompañamiento en los procesos de programación, puesta en marcha de estas unidades y generar sesiones de feedback al finalizar estos procesos para ver en qué m

ás podemos ayudarles. Existen herramientas digitales personalizables y enfocadas a facilitar los procesos de generación, estructuración y evaluación de las unidades de aprendizaje.

Los recursos y enfoque pedagógico deben dar respuesta al modelo IB, posibilitando al centro y al docente contar con herramientas que encajan con los criterios del IB en MYP, pudiendo seleccionar, buscar, curar y modificar estos para ayudar a conseguir dichos criterios. Este enfoque, a su vez, facilita la transdisciplinariedad del PYP gracias a ofrecer un entorno totalmente personalizable, con recursos que la fomentan y posibilitan relacionarlos con las diferentes fases de la indagación. Además, ayudan a equipos directivos y coordinadores de los programas a sistematizar los procesos de consumo de contenidos, conocimientos, programación, desarrollo y evaluación de unidades, gracias a la integración en los diferentes entornos digitales y que permiten utilizar las diferentes plataformas que trabajan con el IB, como es el caso de ManageBac y Toodle.

El enfoque activo

Un verdadero reto para los docentes del IB es asociar nuestro currículo con las actividades y tareas que se llevan a cabo en el aula, teniendo en cuenta el enfoque del IB. Este concepto lo denominamos enfoque activo, que debe predominar en todos los recursos y secuencias. Facilita al docente poder desarrollar las Learning Experiences del IB de forma sencilla ya que, en muchos casos, nuestros recursos ya dan respuesta directamente a este enfoque, e incluso en muchos de los centros con los que trabajamos se usan como base para generar nuevas experiencias de aprendizaje. 

¿Cómo afecta el nuevo marco legislativo?

Otro de los puntos importantes en relación a la curación o elaboración de contenidos y situaciones de aprendizaje es la necesidad de que se adapte al currículo “oficial”. Para esta labor, es necesario un trabajo previo de etiquetado de todos los recursos, el metadatado, con el objetivo de poder asociar cada uno de nuestros contenidos, bien sean recursos o secuencias, según el marco legislativo vigente. Este elemento permite al docente, en la elección de secuencias o recursos, relacionar directamente qué objetivos curriculares o competencias específicas con la entrada de la LOMLOE está trabajando en cada momento. También le ayuda a organizar la programación y su desarrollo, sabiendo que se están cumpliendo los objetivos curriculares que se han marcado y que son fácilmente evidenciables de cara tanto a las familias como a los propios docentes. 

En este proceso de relacionar el nuevo desarrollo curricular y los programas del IB encontramos puntos claros de relación que en sí mismos ayudan y facilitan el proceso. La propuesta legislativa y el enfoque del IB comparten la necesidad de establecer los contextos significativos y cercanos al alumnado para generar oportunidades de aprendizaje, o lo que en IB, y sobre todo en PYP, podemos asociar con la Idea Central y las líneas de la indagación. Por otro lado, la firme apuesta por la interdisciplinariedad que promueve el nuevo marco legislativo puede reforzar la puesta del PYP en relación a la transdisciplinariedad de sus 6 Unidades de Indagación. Las competencias específicas de las áreas que propone la LOMLOE pueden ser el punto de apoyo y relación con los criterios que el programa de años intermedios propone para el desarrollo de la evaluación, sin perder de vista que su enfoque competencial facilita al docente el poder trabajar sobre las ya comentadas ATLs.

Perfil de salida del alumno

Si en algo podemos ver claramente esta alineación entre el marco legislativo y el marco del IB es en relación al establecimiento de perfiles de salida. El IB ya fijaba como marco de trabajo unos perfiles con sus atributos incluidos, relacionados con cada uno de los programas.

El nuevo marco especifica que es necesario que cada uno de los centros establezca un perfil de salida de centro un paraguas que responda a un perfil de salida de cada una de las etapas y que estos perfiles sirvan como eje vertebrador y objetivo de las diferentes acciones, tareas, actividades y desarrollos de aprendizaje. También se dispone que la integración de los elementos curriculares facilite que los alumnos que llevan a cabo su aprendizaje con los programas IB, reforzados por el marco curricular, sean capaces de resolver problemas de manera creativa y colaborativa, a partir del desarrollo profundo de una autonomía y autorregulación que tenga en cuenta procesos reflexivos y de responsabilidad para con la sociedad, estando todos estos puntos en el perfil del IB y en el perfil de salida de la LOMLOE. 

Por todo ello, estamos firmemente convencidos de que acompañar a todos los centros y profesores que trabajan con el IB, facilitando su tarea docente y el desarrollo de una metodología como es la que enmarcan los programas del Bachillerato Internacional, es la base del éxito, además de contar con recursos que responden y facilitan las acciones didácticas del IB, las secuencias y el acompañamiento personalizado.

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